viernes, 21 de junio de 2013

Ceremonia del Solsticio de invierno.


 Durante el  año, niños y adultos experimentamos  en forma sencilla las fuerzas que en cada estación actúan en la naturaleza. Cuando los días son más cortos, las noches largas y el sol muy tibio, los niños  saben que llegó el tiempo de preparar sus farolitos. Tomarán del sol su última luz como regalo y la llevarán ahora protegida en el farol, que delante de ellos guiará el camino. 
Niños, padres, amigos y maestros pasearán con los faroles, cantando en el crepúsculo, vivenciando la penumbra, el cielo, el fuego, los árboles, los sonidos o el silencio. Y con esta alegría de los niños, nace en nosotros los adultos, la luz de un momento de recogimiento, que nos conecta con lo característico del curso del año, nos ayuda a involucrarnos con la naturaleza y su esencia espiritual. 

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